“Debemos ser conscientes que el tranvía es una muestra de la sociedad, con su cara y su cruz. Pese a ello, nuestros usuarios son buenísimos, son un ejemplo para otros sistemas y eso lo puedo comprobar cuando voy de paisano, la gente cumple y paga. Por eso pienso que al buen cliente hay que cuidarlo, y así lo hago cada día”.